Se trata, aparentemente, de una de las antiguas puertas del recinto fortificado de la villa, reconvertida en capilla abierta una vez perdida su función defensiva. De este modo, la capilla, abierta hacia el interior del recinto, se dispone sobre el hueco de paso.
En su parte inferior es un paso cubierto con bóveda de cañón, con embocadura en arco de medio punto hacia el interior del antiguo recinto y de arco rebajado hacia el exterior; ambos arcos están realizados en ladrillo, aunque apean en paramento de sillar, probablemente más antiguo.
Sobre ellos se dispone el cuerpo donde se encuentra la capilla propiamente dicha, de planta cuadrangular y cubierta con cúpula, cubierta con cimborrio octogonal al exterior.
El frente que da al exterior es totalmente liso, mientras que el del interior está totalmente decorado. Tanto la rosca del arco como las enjutas presentan decoración rehundida de carácter geométrico. Sobre ellos se abre la capilla, con vano en arco de medio punto, flanqueado por pilastras toscanas que sostienen un entablamento moldurado.
Al interior el espacio se cubre con una bóveda hemiesférica, en cuyo tambor se abren ocho ventanas de medio punto para iluminación.
Su tipología es muy similar a la de las capillas abiertas características de la vecina comarca del Bajo Aragón, donde son muy abundantes. En la comarca de la Ribera Baja pueden encontrarse también en Quinto.
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