Hacia el año 73 d. C., en época del emperador Vespasiano, se construyó el Foro Provincial en lo alto de la ciudad. Tenía la función de dirigir la provincia desde el punto de vista político y económico. El órgano rector de la nueva red administrativa fue el Consilium Provinciae Hispaniae Citerioris (Consejo Provincial) del que el gobernador formaba parte activa.
El lugar escogido para establecer las dependencias gubernamentales fue la parte más alta de la ciudad, un espacio de propiedad estatal desde época fundacional cuya extensión total debió acercarse a las 7,5 hectáreas.
El Fórum Provincial se articulaba en dos terrazas aprovechando el desnivel del terreno. En la terraza superior se situó el recinto de culto imperial y debajo, la plaza de representación. En una tercera terraza se encontraría el circo que, construido unos años más tarde, completó el conjunto monumental.
La plaza de representación era el edificio desde el que se gestionaba toda la provincia. Se encontraban espacios tan importantes como el tabulario (archivo del Estado) o el arca (caja del Estado). Para facilitar el acceso a los diversos sectores del edificio se habilitaron una serie de torres laterales que sirvieron de cajas de escalera.
El complejo provincial se articulaba de una forma unitaria a través de un eje de simetría que, en sentido noroeste/sudeste, enlazaba el templo de culto imperial, en lo más alto, con el pulvinar del circo mediante una vía procesional que cruzaba longitudinalmente la terraza intermedia. A ambos lados de esta vía se distribuían toda una serie de estatuas de las que sólo se conservan los pedestales. El estudio epigráfico nos muestra cómo la mayoría de estas estatuas se dedicaron a las flaminas imperiales (sacerdotes encargados del culto imperial) después de abandonar el cargo anual.
El Foro Provincial dejó de funcionar estructuralmente a principios del siglo V. A partir de ese momento, el área administrativa quedó reducida a unos espacios mucho menores que son, por ahora, desconocidos. En cuanto a la arquitectura, la mayor parte de los edificios altoimperiales entraron en un proceso continuado de desmantelamiento de muros y materiales que fueron reutilizados en la construcción de los edificios civiles y religiosos de la Tarraco tardorromana y medieval.
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