Muralla de San Jorge
Durante la construcción, en enero de 1366, acamparon cerca de la Villa las Compañías Blancas francesas de Bertrand du Guesclin que iban a intervenir en la Guerra de los Dos Pedros. Durante su estancia en Montblanch, recibieron la visita del Conde Enrique de Trastámara, futuro Enrique II de Castilla.
El fin del cercado de Montblanch la firmó, el general español Juan de Pallaviccino en julio de 1651, durante la Guerra dels Segadors (1640-1652), Montblanch sufrió varios episodios cruentos que culminaron con un asedio, por parte de las tropas, que significó el expolio y saqueo de la población. El general Pallaviccino ordenó bombardear la fachada de la iglesia de Santa María la Mayor y derribar varios tramos de muralla, torres fortificadas y portales de Montblanch para quitar el calificativo de «plaza fuerte» a la Vila.
En el siglo XVIII, el nuevo régimen instalado en Cataluña decidió la demolición de varios castillos catalanes así como plazas fuertes. En el caso de Montblanch, se decidió enajenar la muralla, los fosos fueron cedidos para pastos y se vendió varios tramos de murallas para la edificación de casas particulares, empezando en 1744 por la cesión del Portal de Bové.
Comenzó así un lento proceso de ocultamiento de las murallas que alcanzó su cenit durante el siglo XIX, cuando la práctica totalidad del recinto amurallado era invisible a los ojos de los vecinos, gente -a menudo muy pobre- que por otra parte se veía muy favorecida por la cesión de solares para edificar sus casas.
En la segunda mitad del siglo XIX, las necesidades modernas obligaron a derribar los portales de San Francisco y San Antonio, así como abrir el del Vasallo (que había sido tapiado varios siglos) para permitir el acceso de los carros de comerciantes.
En 1921 cambiaría para siempre la historia del recinto amurallado; en aquella fecha Josep Rendé y su esposa cedieron a la Mancomunidad de Cataluña la Torre-Portal de Bové. Comienza así la época contemporánea del recinto que recibió un impulso importantísimo cuando se declaró el centro histórico de Montblanch Conjunto Monumental y Artístico en 1947, desde entonces, comenzó la tarea de liberación de las murallas con la eliminación de las construcciones añadidas y la restauración de algunos tramos deteriorados.
Al comenzar el siglo XXI, más de un kilómetro de perímetro amurallado está perfectamente visible para satisfacción de ciudadanos de Montblanch y turistas.
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