Símbolo por excelencia del absolutismo francés, tiene su origen en el reinado de Luis XIII, que solía cazar en la pantanosa zona de Versalles, y encargó la construcción de un palacete
Palacio de Versalles, la obra maestra de Francia
El Palacio de Versalles, en París, es uno de los monumentos de Francia más importantes y una visita imprescindible
El Palacio de Versalles es uno de los monumentos más importantes de París, que muestra el esplendor y el poderío que llegó a tener Francia y, sobre todo, Luis XIV, el Rey Sol, que levantó gran parte del palacio actual en el siglo XVII. Desde entonces se ha convertido en uno de los palacios más importantes de Europa, si no el que más, y en una visita imprescindible cuando se viaja a la Ciudad de la Luz.
El Palacio de Versalles de París ofrece un sinfín de lugares que rebosan una magia y un lujo especial. Uno de ellos es la famosa Galería de los Espejos. Un impresionante pasillo de más de 70 metros de longitud decorada con nada menos que 375 espejos. Deambular por este corredor y verse reflejado en estos centenarios espejos, de la misma forma que lo hicieron los monarcas franceses, es toda una delicia.
Además, cabe destacar que en este pasillo tuvieron lugar alguno de los hechos históricos más importantes de la historia de Europa, como la firma del tratado de Versalles, que puso fin a la I Guerra Mundial.
En el interior del palacio tampoco puede perderse los aposentos del rey y la reina, las habitaciones privadas de los monarcas que emanan la esencia más pura del clasicismo francés y gozan de un lujo y una decoración exquisitos.
Con la Revolución francesa, en 1789, Versalles perdió su condición de residencia real y centro del poder político en Francia. En 1830 se convirtió en la sede del Museo de Historia de Francia, que repasaba toda la historia del país a través de distintas piezas de arte de varias épocas.
Otro de los grandes atractivos del Palacio de Versalles son sus jardines, que en su tiempo fueron una ambiciosa obra de arte paisajística y cuyo estilo ha sido imitado cientos de veces a lo largo de los palacios del Viejo Continente. Los jardines de Versalles cuentan con más de 800 hectáreas en las que podrá perderse.
No dude en pasear por los innumerables senderos, que le descubrirán auténticas obras de arte hechas con árboles, flores y estatuas. Admire los parterres y las decenas de estanques y fuentes que, siguiendo los cánones del clasicismo galo, están situados en lugares estratégicos para hacer más agradable las caminatas.
A lo largo de los jardines se podrá encontrar con otra de las maravillas que ofrece el Palacio de Versalles, el Gran Trianón. Se trata de un palacio de mármol rosado, construido por Luis XIV, donde se refleja el gusto del monarca francés. Su columnata encarnada y las hermosas vistas que se disfrutan de los jardines hacen del Gran Trianón de Versalles uno de los lugares más mágicos de Francia.
Destaca también el Dominio de María Antonieta, una suerte de pueblecito en el que la reina francesa podía sumergirse en una vida campestre y “sencilla” a la luz de la Ilustración que tanto fomentó a lo largo de su vida. En esta suerte de villa privada de la reina podrá encontrar el Pequeño Trianón o una pequeña aldea.
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